viernes, 27 de abril de 2012

La inutilidad de recordar

Todos atesoramos memorias en nosotros. Momentos agradables y dolorosos. Momentos aparentemente intrascendentes y otros de la mayor relevancia.  En ocasiones, incluso pensamos que esos momentos nos definen o marcaron una definición en otras vida.

Sin embargo,  los recuerdos tienen tres atributos que los hacen severamente cuestionables:


Imaginemos un escenario de recuerdo: Estamos en una fiesta bailando, damos el salto perfecto, en el
momento justo con la fuerza exacta. Cuando aterrizamos en el piso escuchamos un murmullo de
admiración de todos lo invitados al festejo. Terminamos de dar la última vuelta y escuchamos los
aplausos de nuestro auditorio que para estas alturas esta arrobado por nuestra ejecución.

Sin embargo, para otro asistente a la misma fiesta, nuestra pareja de baile ejecutaba muy mal los
movimientos, perdió inmediatamente el interés en la que estaba pasando y nunca prestó demasiada atención. Giró un momento la cabeza para localizar la justificación a unos aplausos que escuchó , pero no vio  nada porque su ubicación le impedía ver a los que bailaban.

Aquí hago una pausa y pregunto: Cuál de los dos recuerdos es el verdadero? . Los dos tal vez podríamos decir, pero también podríamos decir que el mío es el más relevante por ser más significativo. El sólo hecho de cuestionarse o al menos considerar una respuesta vuelve "pantanoso" el recuerdo porque no sabemos cuál es el verdadero "recuerdo verdadero" de la fiesta.

Ahora pensemos que mi recuerdo es el único valido porque es lo que me pasó a mí. 

Partiendo de esa primicia imaginemos que 20 años después de la fiesta me llega un vídeo de recuerdo. Sí, se que el correo el malo, pero exagero a propósito. Me preparó para revivir la estupenda actuación que SE que tuve en esa fiesta. Cuando comienza el vídeo veo una persona que se parece a mi, que baila horrible, que da todos los pasos con extrema rigidez y que en algún punto estuvo a punto de caerse y por eso el público lanzó un grito contenido. Al terminar el número es obvio que los aplausos fueron un reforzamiento positivo a mi sobrada torpeza.

¿ Entonces, qué recordé por 20 años?.Sólo porque lo sentí así, pasó así?. Mi interpretación de los sucesos en la fiesta llevaron a que  por 20 años recordara de una forma incorrecta lo que había pasado. Nunca me percaté y.... ¿qué hubiera pasado si hubiera tomado decisiones basadas en ese supuesto recuerdo?.  Y sí hubiera dejado de hablarle a un amigo que hubiera criticado mi actuación sólo porque yo la recordaba diferente?

EL vídeo también evidencia otro atributo de los recuerdos: Cada vez que recordamos cambiamos la naturaleza del recuerdo. El cerebro almacena los recuerdos cuaticamente. Es decir, cada vez que "observamos" nuestros recuerdos los modificamos. Es como un cajón donde almacenamos un evento: Ese cajón se encuentra lleno de miles de pequeños fragmentos que al unirse constituyen nuestro recuerdo, nuestra visión de cómo pasaron las cosas. El asunto estriba en que el cerebro "saca" esos fragmentos para presentarlos como una imagen y después los regresa al cajón , pero ligeramente cambiados. Un minúsculo detalle una vez, otro detalle la siguiente, un color, un aroma, un gesto. Cada vez es algo diferente, pero el cerebro no se da cuenta. Cuando vuelve a abrir ese cajón de recuerdo asume que todo lo que está guardado ahí se encuentra en el orden correcto: lo saca para mostrarlo, lo usa y lo vuelve a guardar: cambiando de nuevo "pequeños detalles".  Yo fui cambiando mi versión de los pasos que dí, las vueltas, las caras, los vestidos a mi alrededor, los trajes, la comida, los tonos del color de los manteles.Cambié mi estado de ánimo, el de mi pareja, lo que me preocupaba y lo que no en ese momento. Tantas cosas que yo tenía con otro matiz y que ahora el vídeo me restregaba en su verdadera naturaleza sin pudor.

Entre más antiguo es un recuerdo más "manoseado" se encuentra y por tanto es más impreciso, por decir lo menos. 

Así que mis recuerdos pueden no serlo después de todo. Eso es muy refrescante con respecto a los malos, pero qué hay de los buenos?, tampoco los poseo?

Bueno, los buenos no son tan buenos o menos buenos. Sólo puedo asegurar que no pasó exactamente lo que crees que pasó.

Pero digamos que decides seguir recordando. Eso te llevará al sufrimiento porque si son malos revivirás un episodio que ya no corresponde pero que traes de vuelta y te hace sufrir. Si el recuerdo es bueno también sufrirás porque ese episodio no te está sucediendo en este momento, ya se fue, no está aquí. 

Recordar es cargar peso muerto del cadáver de otra persona.  Nada de lo que traes cargando ("bueno" o "malo") es tuyo, porque ahora, hoy, en este momento, eres otra cosa, con todas las posibilidades disponibles, 360 diferentes posibilidades si te gusta un número. Y tienes la oportunidad de ser lo que quieras, siempre que no traigas "pasajeros con otros rostros"