hoy creo que buscar la felicidades es el equivalente de buscar un animal en un monte. Parecería que nunca lo vas a alcanzar porque cada vez que te esfuerzas por tenerlo y avanzas hacia él, haces ruido. Como es un animal no domesticado el ruido lo espanta. Entre más te esfuerzas por alcanzarlo más elusivo se vuelve. Mientras te esfuerzas estás contento porque sientes que estás haciendo algo significativo y medible para alcanzarlo. Continuas contento mientras haces ruido para alcanzarlo porque en varias ocasiones has visto la punta de la cola de ese animal. Eso te anima a seguir intentando y anestesia al mismo tiempo la sensación de derrota por no haberlo alcanzado en esa ocasión.
Creo que el proceso es infinito a menos que, haciendo a un lado tus paradigmas dejes de buscar a ese animal y mejor busques un lugar tranquilo donde estar. Hacerlo es relativamente sencillo. Un lugar para estar en paz, con tranquilidad. Un lugar donde no te importe si has conseguido o no ese animal evasivo. Donde contemples tu vida pasar.
Una leyenda dice que después de estar en ese lugar por un tiempo, escucharás pequeños ruidos de la hierba moviéndose. Si no haces nada, más que observar, verás que cierto animal, que se creía extinto por unos o mitológico por otros, se acerca a ti dándote de vueltas. Poco a poco, lentamente, cerrará los círculos hasta que colocará su pata delantera en tu regazo. Si no haces nada, se sentará cerca de ti y te acompañará. En ocasiones parecerá que se ausenta por algunos días. Los animales salvajes necesitan vida social con los de su especie. Pero a medida que pasa el tiempo, tendrás la certeza que prácticamente todo el tiempo está ahí. Utilizando tus ojos para ver el mundo.
Creo que el proceso es infinito a menos que, haciendo a un lado tus paradigmas dejes de buscar a ese animal y mejor busques un lugar tranquilo donde estar. Hacerlo es relativamente sencillo. Un lugar para estar en paz, con tranquilidad. Un lugar donde no te importe si has conseguido o no ese animal evasivo. Donde contemples tu vida pasar.
Una leyenda dice que después de estar en ese lugar por un tiempo, escucharás pequeños ruidos de la hierba moviéndose. Si no haces nada, más que observar, verás que cierto animal, que se creía extinto por unos o mitológico por otros, se acerca a ti dándote de vueltas. Poco a poco, lentamente, cerrará los círculos hasta que colocará su pata delantera en tu regazo. Si no haces nada, se sentará cerca de ti y te acompañará. En ocasiones parecerá que se ausenta por algunos días. Los animales salvajes necesitan vida social con los de su especie. Pero a medida que pasa el tiempo, tendrás la certeza que prácticamente todo el tiempo está ahí. Utilizando tus ojos para ver el mundo.