viernes, 12 de octubre de 2012

La fuerza

Últimamente he estado conociendo historias de mujeres: Son mujeres que son fuertes, que luchan, que no dejan de intentar, que se preocupan por su gente, que quieren mejorar. Pero también detrás de eso existe un discurso ontológico subyacente: Somos fuertes pero sufrimos por tener que ser fuertes. Somos fuertes pero nos enojamos por tener que ser fuertes. Somos fuertes porque la debilidad de los ho
mbres nos obliga a ser fuertes. No entienden que todo lo que les pasa en la vida ha sido planeado por ellas mismas para crecer como seres humanos, enriquecerse emocionalmente y crecer. Creen que las han obligado a sacar su fortaleza. Nada más alejado de la realidad. Estas mujeres no se dan cuanta que cuando dan a luz las mujeres están solas: Pueden estar rodeadas de familiares, médicos, etc, pero al final, la única que esta ahí haciendo la labor de parto son ellas. Si esto es cierto, por qué se victimizan tanto porque no hay un hombre o el hombre que hay no es lo suficientemente fuerte o solidario o ambicioso? ¿Desde cuándo les han solicitado un hombre para pasar un examen profesional? Ahí también estuvieron solas (nadie podría contestar en su lugar) y lo hicieron bien. Amigas, no abarquen este problema desde el punto de vista de la soledad. Si llueve en su vida, no piensen que las obligan a pasar por eso, mejor véanlo desde un punto de pista lúdico y retador. Los hombres servimos para disfrutarnos, nada más para eso. No estamos aquí para ayudarlas. Sólo estamos aquí para ser tiernos y ofrecerles de vez en cuando otro tipo de visión sobre el mismo tema. Estamos aquí para ser sus compañeros, sólo eso.