martes, 28 de abril de 2015

Los apegos

El apego frecuentemente es definido como una vinculación afectiva intensa, duradera, de carácter singular, que se desarrolla y consolida entre dos entidades, por medio de su interacción recíproca, y cuyo objetivo más inmediato es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza ya que la vinculación proporciona seguridad, consuelo y protección. El apego puede manifestarse mediante la necesidad de  permanecer junto al objeto de la vinculación o bien mediante el aparente rechazo al mismo objeto cuando se ha producido un periodo de separación.

Listando los apegos, tenemos a los apegos a los objetos materiales, a las relaciones interpersonales, a nuestro trabajo, a la familia. Todos esos son apegos que mantenemos en nuestra vida cotidiana y son relativamente fáciles de ver. Cuando tenemos un miedo a la perdida, una  ansiedad por controlar, una serie de compromisos ineludibles, podemos decir que tenemos un apego-vinculación intensa. Más allá tenemos los apegos que se manifiestan a través del rechazo. Cuando rumiamos una relación interpersonal estamos también ejerciendo apego. Es decir, si después de dar rienda suelta al coraje que sentimos después de una interrelación intensa continuamos enojados con esa persona o ese objeto también podemos concluir que seguimos apegados.

El apego por sí mismo no es malo, por el contrario. El apego nos brinda una oportunidad de experimentar cómo deseamos  interrelacionarnos con nuestros objetos, personales y relaciones. El problema estriba cuando no reconocemos que existe un apego. Si no tenemos claro que tenemos un apego entonces ese apego se transforma de algo saludable que nos permite experimentar hacia una atadura que nos fuerza a actuar de determinada manera despojándonos de la libertad de actuar.

Algunos de los apegos más importantes y desconocidos son, en orden de importancia:

1.- El apego a tu personalidad. Estás tan familiarizada-familiarizado con tus creencias y tus formas de reaccionar que no te das cuentas que algunas de ellas ya no te sirven y te están empezando a hacer daño.  No cambias tus paradigmas porque te encuentras tan arraigada-arraigado a lo que eres que no vienen a tus pensamientos posibilidades de cambio. Todo lo nuevo lo quieres llevar a lo que ya conoces eliminando de esa forma lo nuevo.
2.- El apego a los resultados. Estás tan convencida-convencido que todo lo que haces debe tener un resultado que te pierdes de la oportunidad de ser libre en tus acciones y pensamientos. Te pierdes de la oportunidad de sólo ser sin motivo alguno para ser.
3.- El apego a lo que odias. Estás convencido que el enojo o el odio son sistemas de separación del objeto o la relación. Todo lo contrario, entre más te enojes con ese  objeto o esa persona o esa relación, significa que más apegado estas.


La distancia es otro de los más grandes malentendidos acerca de los apegos. Frecuentemente se piensa que la distancia entre dos personas implica que ya no están apegadas y que la cercanía entre ellas es clara prueba de que aún continúan apegadas. En realidad  no hay una relación proporcional entre la distancia y el apego. Puedes estar muy alejada o alejado de una persona o de un objeto y estar profundamente apegada, apegado. Por el contrario puedes estar muy cercano físicamente y vivir libre de esa persona o de ese objeto. 

Sobre el machismo

Sí, amiga, efectivamente, siempre será más cómodo ver el machismo en el hombre porque así es más fácil no hacerse responsable de tus propios procesos. Comparativamente se requiere el triple de esfuerzo para reconocer la pautas machistas que vives y fomentas en la cotidianidad. Es comprensible que te cueste el triple de esfuerzo porque nadie -o casi nadie- te dijo que el machismo también se encuentra arraigado ontológicamente en las mujeres.
Tal vez te preguntes por qué existe el machismo en las mujeres si debería ser sólo un tema masculino. Dices que el machismo es una forma de control, de intimidación y de crítica que no debería ser compartido por las mujeres; por el contrario, debería ser combatido por todos los medios para que nunca permeara en los círculos de la concepción femenina del amor, la pareja, las relaciones y la cotidianidad de la vida.
Bueno, hay dos razones principales por las que la mujeres -aun las fuertes- tienen ese reto de "ver" el machismo que se encuentra dentro de ellas.
Justo en este momento hombres y mujeres muy valientes se encuentran luchando en diversos países en pro de los derechos de las mujeres. Derechos sociales, de salud, legales, de la pareja. Sin embargo, hay una lucha que nadie hará por ti. Siempre (afortunadamente) habrá quienes luchen por el voto de las mujeres donde no lo ejercen, pero nadie luchará por ti en la lucha a quemarropa por evitar tu victimización en tu vida cotidiana. Así, la primera razón por la cual existe machismo en ti es para que veas, tal vez en forma descarnada, que aún existen batallas dentro de ti para salir avante de la auto victimización.
La segunda razón es que debes aprender a ser hombre. Una vez que sabes cómo ser mujer te queda el reto de saber ser hombre. Es decir, hacer tuyas todas las buenas concepciones masculinas sobre el amor, la pareja, el mundo, la practicidad, la toma de decisiones, la expresión no seria del amor. Por supuesto, para estar en condiciones de añadir todo lo "bueno" de las concepciones masculinas primero debes decantar todo lo "malo" de las concepciones masculinas; empezando por el machismo.
Así, el machismo en tu vida, querida amiga, es una oportunidad de crecimiento sin paragón, una oportunidad de ver, aceptar, reconstruir y componer tu vida entera. Una oportunidad de ser el mejor hombre que existe y la mejor mujer que existe. Es como ser un ave con dos excelentes alas que ha construido con elegancia, paciencia y alegría. Alas que la llevan a cualquier lado.

Sobre la pareja

Sobre la pareja:
Algunos paradigmas comunes sobre la pareja pueden ser cuestionados a través de la reflexión de las siguientes oraciones:
La pareja no debe ser tu razón para el día a día.
La pareja no te complementa.
La pareja no está ahí para que te sientas segura o acompañada o feliz.
La pareja siempre será un reflejo de ti misma.
EL tipo de relación que tienes con tu pareja es el tipo de relación que tienes contigo misma.
Si alguna de estas afirmaciones te hace ruido entonces esa frase es la invitación perfecta a que cambies un viejo paradigma. Cambiar un paradigma por otro nos cambia de la manera más profunda. Si cambiamos nosotras entonces cambia nuestro mundo. No hay limites.

Buscando lo mismo

Naturalmente, siempre hemos estado en busca de lo mismo. Cuando lo hemos encontrado, lo olvidamos y lo volvemos a buscar. A eso nos dedicamos.
La foto, originalmente tenía este título:
¿Excuse me, sir, do you know where I could find some enlightenment?