domingo, 28 de julio de 2013

El poder

Toma un episodio desagradable, de preferencia uno reciente. Ahora, sin que exista juicio, con gran bondad,  piensa en cómo participaste en esa situación. Descríbete detalladamente las acciones, pensamientos e intenciones que participaron desde tu lado.
No te quedes con las explicaciones superficiales. No te conformes con el primer pensamiento y la primera conclusión. Realiza un proceso de minería: debajo de esa actitud existe otra y debajo de esa otra y debajo de esa otra más.
Si realizas ese proceso obtendrás la materia prima que origina tu acciones y podrás controlar (o al menos no sorprenderte cuando pasen) las circunstancias aparentemente aleatorias de tu vida.
El  universo te espejeará siempre. Pero recuerda, devolverá la imagen de tus intenciones, no necesariamente la de tus acciones.
Por ejemplo:
Si ayudas a alguien y después te decepciona, es un buen ejercicio analizar cuáles fueron tus intenciones al momento de ayudar.  ¿En qué porcentaje había condescendencia (agresión) en tu corazón?, ¿En qué  porcentaje había una intención genuina de ayuda? ¿En qué porcentaje existía miedo por no ser abandonado o abandonada  y por eso ayudabas? , ¿En qué porcentaje tu necesidad de ser admirado o admirada mayoriteó tu acción? ¿En qué porcentaje ayudabas para tratar de asegurar una ayuda recíproca en el fututo? ¿En qué porcentaje ayudabas para que los demás no se dieran cuenta de tu indiferencia y –al mismo tiempo- apego a la humanidad?
Si concentras tu energías en resolver estas preguntas, te darás cuenta que no existen sorpresas en los eventos que se presentan en tu vida. Nunca hay aleatoriedad  o descompensación en nuestras vidas. Todo el proceso es envuelto con un gran amor.  
Este ejercicio demandará de ti un nivel mayor de madurez, pero al mismo tiempo te proporcionará herramientas de desarrollo interno completamente nuevas y muy, muy poderosas. 
Tu vida será otra.
El poder.

viernes, 26 de julio de 2013

Eckhart Tolle

Normalmente no realizo referencias directas a libros interesantes. Sin embargo, con los de Tolle prefiero hacer una exención. Les dejo un link donde se encuentran para su consulta:

Los libros de Eckhart Tolle

viernes, 5 de julio de 2013

La intuición

He escrito algunos artículos en las Las trece vidas de cecilia y quiero reproducir algunos aquí. Esta serie de artículos buscan presentar una serie muy especifica de acciones que pueden llevarse a cabo para fomentar nuestro descubrimiento interior.

El proceso lo he dividio por puertas y propongo un sistema circular para su trabajo. Es decir, no es necesario trabajar con una puerta y después la otra. El proceso puede hacerse en varias puertas simulataneamente como si estuvieras en el centro de una serie de opciones de crecimiento.

La primera puerta se llama la intución:

La intuición es la toma de decisiones que no se basa en un pensamiento o en una sensación. Cuando tomamos una decisión lo hacemos normalmente por dos razones: emocional o racional. Sin embargo existe una tercera razón: la intuición. La intuición es la forma en que el espíritu se comunica con nosotros. No es un pensamiento, no es una emoción. Es una serie de ideas complejas que nos llegan en una sola vez. Cuando decidimos o creamos a través de la intuición estamos canalizando.
 
La intuición es un proceso simple pero difícil de dominar. Es difícil dar instrucciones detalladas. Es como escribir instrucciones para andar en bicicleta. Puede decirse donde poner un pie u otro. Hacia donde mandar el equilibrio del cuerpo ya es un poco más difícil de explicar y la sensación de vaivén mientras estas aprendiendo todavía más. Sin embargo, vamos a intentarlo.
 
Cuando vamos en un automóvil en ocasiones tenemos la idea de dar vuelta a la izquierda o a la derecha. Esa idea no fue razonada ni emocionada. Sólo llego, por un momento y en una sola exhibición. Si nos ponemos a pensar por qué habríamos de tomar esa decisión ya no estamos actuando por intuición. Es decir, el razonamiento de la decisión no es canalización. La ventana de oportunidad dpara tomar esa decisión basada en la intuición es muy estrecha. Digamos que es instantánea. Si dudamos entonces ya no estamos actuando en la intuición porque al dudar estamos en el razonamiento y la emoción.
 
No nos confundamos. Los errores mientras aprendemos la intuición serán, en su mayoría, por creer que sí seguimos nuestra intuición cuando en realidad nuestra decisión fue razonada o emocionada y nosotros queremos creer que fue por intuición.
 
Ahí radica el grado de dificultad. Decantar nuestras decisiones tomadas por intuición de las tomadas por la racionalización o emoción. Cuando ignoramos la intuición (todos lo hacemos en mayor o menor medida) estamos implícitamente diciendo que confiamos más en nuestra visión y fuerza que en el mensaje del espíritu. Esto es normal al inicio del proceso porque lo vemos confuso y difícil de dominar. Es como desconfiar de la bicicleta porque nos parece difícil de dominar, complicada y potencialmente peligrosa: un aparato que puede traer más problemas que beneficios y que es mejor dejar guardada en el armario como una bonita anécdota.
 
Pero, qué pasaría si comenzamos a dominar la intuición. ¿Qué pasaría si después de algunos tropiezos empezáramos a desarrollar esa habilidad? La sensación de libertad y velocidad serían incomparables.

lunes, 17 de junio de 2013

La dificultad para verse en lo cotidiano

Cada uno de nosotros nos relacionamos con aquellos que tienen las misma características de personalidad similares. Por supuesto, la forma de expresión y resolución de esos paradigmas existenciales es individualísima.

Lo comento porque una de las características del grupo al que pertenezco es la dificultad para reconocer en la cotidianidad al ser iluminado que habita dentro de nosotros. Se nos dificulta sobremanera dejar a un lado (por momentos) la pasión emocional y reconocer el amor que envuelve una situación estresante específica.

Tenemos, como grupo, tendencia a aislarnos, a ser condescendientes.

El problema es que esas características tienden a anacoretismo y por tanto a la infelicidad y por tanto a la muerte porque la vida sólo existe en la integración.

Qué pasaría si el extraño en el autobús fuera un dios ofuscado tratando de regresar a casa?

Qué pasaría si pudiera actuar como si me diera cuenta que esa situación está llena de amor y es para mi bien?


 Y .. ¿qué pasaría si no pudiera darme cuenta de nada pero no estuviera asustado?

Burbujas: ¿qué pasaría si cambiaras el protagonista del ángel en Varanasi por un cuidador de coches en Tlalpan?

 

jueves, 16 de mayo de 2013

La era de la barbarie



¿Cómo se le llama a la era donde se mataban vírgenes en el volcán? ¿Cómo se le llama  a la era donde existía el esclavismo? ¿Cómo se le llama a la era donde no existía la higiene y la contaminación estaba en cualquier lado?

Se le llama la era de la barbarie.

Dentro de doscientos años, muchas de las cosas que en este momento hacemos como especie serán considerarás barbaras, primitivas, no apropiadas para la magnificencia del ser humano.


  1. Generar energía a través de procesos contaminantes: bárbaro. 
  2. Generar energía en procesos centralizados y después transportarla: bárbaro.
  3. Respirar contaminantes: bárbaro.
  4. La sola idea de matar a otro ser humano: bárbaro.
  5. Tener una multiplicidad de especialidades médicas: bárbaro.
  6. Mendigos en las calles. Clases sociales: bárbaro.
  7. Desperdicio de recursos naturales. Desaparición de especies: bárbaro.
  8. Desconocimiento de los procesos cuánticos de curación y generación de energía: bárbaro.
  9. Sistema penal: bárbaro.
  10. Sistema político actual: bárbaro.

En 200 años las cosas serán muy diferentes y a esta era, la que tiene su punto de inflexión en el 2012, se le conocerá como el fin del obscurantismo y el inicio del segundo renacimiento de la tierra.

Estos años que nos tocan vivir serán recordados como los años en que la especie humano inicio su proceso de pacificación y descubrió la abundancia que viene con la tolerancia y el amor incondicional. 

Elegí vivir en estos años porque quería ver esta vuelta de esquina con estos ojos. Me dijeron que se me olvidaría quién soy, me dijeron que tendrían dudas y hambre. Yo contesté que era en ese momento en que sucedían todas estas cosas y que no me lo perdería por nada. Entonces  me hicieron tres promesas: 1.- Nunca estarás solo. 2.- Siempre serás amado 3.- Siempre tendrás lo que necesites. 

Me recordaron que es un juego y me preguntaron a qué quería jugar. Yo les regale una gran sonrisa y antes de zambullirme a esta encarnación les dije: "así en la tierra como en el cielo"

 Y desde entonces, acá ando.






jueves, 14 de marzo de 2013

Cuando se ejerce la libertad...se le pierde.


Permitanme parafrasear algunas partes de un libro sobre la libertad interior. Lo he modificado libremente añadiendo también algunas notas en negritas. Les dejo al final el link del texto original si lo desean consultar.

Con mucha frecuencia tene­mos la impresión de que lo que limita nuestra liber­tad son las circunstancias que nos rodean: las normas impuestas por la sociedad, las obligaciones de todo tipo que los demás hacen recaer sobre nosotros, tal o cual limitación que disminuye nuestras posibilidades físicas, nuestra salud, etc. Por lo tanto, para hallar nuestra libertad sería preciso eliminar todas estas ataduras y obstáculos. Cuando nos sentimos prácticamente «asfixiados» por las circunstancias que nos rodean, nos volvemos en contra de las instituciones o de las personas que son aparentemente su causa. ¡Cuánto resentimiento hemos alimentado en nuestra vida contra todo lo que no es de nuestro agrado y nos impide ser lo libres que desearíamos!
 
Este modo de ver las cosas encierra cierta parte de verdad: a veces hay limitaciones que es preciso remediar, barreras que hay que salvar para conquis­tar la libertad. Pero contiene también buena parte de engaño que deberíamos desenmascarar, so pena de no gustar jamás de la verdadera libertad. Incluso aunque desapareciera de nuestras vidas todo cuanto creemos que se opone a nuestra libertad, no existiría garantía de acabar consiguiendo esa plena libertad a la que aspiramos. Cuando superamos unos límites, siempre aparecen otros detrás. De ahí el riesgo —en caso de detenerse en la situación descrita— de en­contrarse inmerso en un proceso sin fin, en una per­manente insatisfacción. Nunca dejaremos de trope­zar con obstáculos dolorosos. De algunos de ellos podremos librarnos, pero sólo para toparnos con otros más firmes: las leyes de la física, los límites de la naturaleza humana o los de la vida en sociedad...



Sin embargo  la parte ontológica de esa necesidad de libertad es verdadera. El hombre no ha sido creado para ser esclavo, sino para dominar la Creación. Nadie ha sido hecho para llevar una vida apagada, estrecha o constreñida, sino para vivir «a sus anchas». Por el simple hecho de haber sido creado, los espacios limitados le resultan insoportables y guarda en su interior una necesidad irreprimible de absoluto e infinito. 

El ser humano manifiesta tan gran ansia de libertad porque su aspiración fundamental es la aspiración a la felicidad, y porque comprende que no existe felicidad sin amor, ni amor sin liber­tad. El hombre ha sido creado por amor y para amar, y sólo puede hallar la felicidad amando y siendo amado.  Si es cierto que sólo el amor puede colmarlo, también lo es que no existe amor sin libertad. El verdadero amor, y por lo tanto el amor dichoso, sólo existe entre personas que disponen libremente de ellas mis­mas para entregarse al otro.

Así es como se entiende la extraordinaria impor­tancia de la libertad, que proporciona su valor al amor; y el amor constituye la condición para la feli­cidad. Es sin duda la intuición —incluso vaga— de esta verdad la que hace al hombre estimar la liber­tad,

Pero ¿cómo acceder a esta libertad que permite el desarrollo del amor?



Para el hombre moderno ser libre a menudo significa poder desem­barazarse de toda atadura y autoridad. Para el hombre espiritual, por el contrario, la libertad sólo se puede hallar mediante una alianza con el Espíritu:  "Yo remo, tu diriges"La  auténtica libertad es menos una conquista del hom­bre que un don gratuito de Dios, un fruto del Espíri­tu  recibido en la medida en que nos situemos en una amorosa dependencia frente a nuestro crea­dor. Es aquí donde se pone más plena­mente de manifiesto la paradoja evangélica: Quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, la encontrará.

O, dicho de otro modo: quien quiera a toda costa preservar y de­fender la libertad la perderá; pero quien acepte «per­derla» devolviéndola confiadamente a las manos de Dios, la salvará. Le será restituida infinitamente más hermosa y profunda, como un regalo maravilloso de la ternura divina. Es decir, "Quien busca ejercer la libertad, la pierde, por el contrario a quién deja deja de buscar la libertad y sólo confía, se le regala"

Contamos con el ejemplo de los maestros que han caminado por este mundo: se han entregado al creador sin reservas, no deseando hacer más o menos que su creador, y en recompensa han ido recibiendo progresivamente el sentimiento de gozar de una inmensa libertad que nada en este mundo puede arrebatarles, y en consecuencia una intensa felicidad.


"¡No tengáis miedo de vosotros mismos! ¡No te­máis lo que sois, vuestra realidad, esa realidad que afronta cualquier ser humano, en la que el espíritu planta su tienda para habitar con vosotros! Dios se ha he­cho carne,  Dios con nosotros: Dios con tu realidad .  Dios y los otros.

Ábrete a ella sin mie­do. Sólo en la medida en que te descubras a ti mismo, descubrirás la hondura de su amor. En lo profundo de lo que eres, experimentarás que no estás solo. Amorosa y misericordiosamente, alguien se manifiesta desde el misterio de tu humanidad más íntima, y no como espectador, ni como juez, sino como alguien que te ama, que se ofrece y se une a ti para  sanarte... Para quedarse siempre contigo amándote, ¡amándote!». "





Texto basado en el libro: La libertad interior - Jacques Philippe

viernes, 15 de febrero de 2013

Errores de interpretación

He leído mensajes de mujeres que denotan un gran desconocimiento de la naturaleza masculina. Esa situación las lleva a comentarios internos (y algunas veces externos) como este:
Pero si soy bonita, por qué no tengo al hombre que quiero.
También existen variables más sutiles sobre le mismo tema: Pero si soy inteligente, pero si soy exitosa, pero si soy tierna, pero si soy solidaria, pero si soy paciente, etc, etc.
Todos estos comentarios(internos o externos) reflejan la ignorancia femenina sobre la verdadera naturaleza masculina.

Ahora. Sí, es cierto, en determinados momentos y circunstancias si una mujer abre el ropero (figurativamente) de la mente masculina le parecerá que su estructura es simple. Pero si hicieran a un lado lo obvio podrían encontrar un mundo amplio, complejo y hermoso atrás.

Aclaro. Muchos hombres sólo conocen esa misma parte superficial de ellos mismos y hacen apología de eso. Esos mismos hombres son lo que abren el ropero de las feminidad y creen también que con ese vistazo conocen la naturaleza femenina.

Esos mismos hombres y mujeres que no conocen las profundidades del otro género juegan un juego perverso:

Mujer : Quiero un hombre que se haga cargo de mi (económicamente, de mi salud mental o de estado de ánimo o de mi conexión con la vida, etc) . Subtexto: Creo que eso me hará feliz 
Hombre: Cumplo mis obligaciones si me hago cargo de ella y ella se hace cargo sutilmente de mi. Subtexto : SI hago eso, seré feliz.

El problema es que uno y el otro desconocen en sí mismos qué los haría sentirse felices. A continuación buscan esa respuesta a través de una proyección projungiana en la pareja . A continuación "leen" superficialmente los deseos de la pareja y creen conocerla. A continuación , ambos, se sentirán frustrados por cualesquiera de las siguientes dos razones:

Si les dan lo que piden no se sentirán felices porque a pesar de que sus satisfactores inmediatos (la ropa colocada en la entrada del ropero) hayan sido cubiertos la verdadera necesidad, aquella mostrada sólo en el paisaje oculto atrás de los obvio, no ha sido cubierta. 
Si no les dan lo que piden tenderán a cumplir a la pareja y a victimizarse (pero si yo soy esto y aquello y de doy a él o a ella lo que necesita) y sacarán la conclusión de que el problema es la pareja perdiendo toda posibilidad de hacer un ánalisis profundo en ellos mismos y en su pareja.

Amigas, amigas. Detengan los diagnósticos rápidos sobre lo que creen que los hará felices a ustedes y a sus parejas. Detengan también el proceso meritorio para que sus parejas permanezcan con ustedes.No pretendan que conocen al otro género si no saben con absoluta certeza en dónde está su felicidad. Desde mi punto de vista la alternativa es realizar un diagnóstico valiente hacia el interior para conocer desde lo más profundo qué necesitan para sanar y disfrutar (mi definición de felicidad). Una vez hecho esto y trabajando para conseguirlo, las visitas al mundo interno escondido en el ropero de la pareja serán cotidianas y hermosas. 

Y no, la felicidad no está en las cuestiones materiales. Si eso fuera cierto, todos los que tuvieran ESA cuestión material deberían estar cuasi iluminados... y ese no es el caso.

Y no, tampoco la felicidad está en una pareja. Esa es demasiada carga. La pareja sólo sirve para disfrutarla, no para que nos ayude a ser felices. 

Y no, tampoco la felicidad está en una actividad específica. Ya sea que la queramos hacer o dejar de hacer. Vean a la gente que ya la hace o que ya la dejó de hacer. Están siempre contentos? verdad que no?. 

Entonces, en dónde está?. Bueno antes de nada yo me preguntaría. Si estuvieras en un hospital doliéndote la vida, qué te interesaría más: ¿Sanar? o ¿ser feliz