-¿El sufrimiento en mi vida es necesario?
-Sí
-¿Es la única forma de crecimiento?
- No
-Entonces, el sufrimiento es la mejor forma de crecer?
-No
Imaginemos que eres dueño de un automóvil y que te has propuesto salir a manejar diariamente. Todos los automóviles tienen varias velocidades. Imaginemos que la primera velocidad representa los momentos más difíciles de tu vida, que la segunda representa menos dolor, la tercera aún menos, en la cuarta casi no hay dolor y en la quinta no hay. Imaginemos que el auto representa tus actividades cotidianas: qué estudiaste, en qué trabajas, cuanto ganas, en dónde vives.
La ciudad representa tu marco conceptual actual: tus paradigmas (creencias), lo que crees que es importante y lo que no crees que sea importante. También definen cuánto tráfico encuentras en la ciudad. Entre más tráfico tenga tu ciudad, más lento andarás y lo más importante: Tendrás que usar las velocidades inferiores de tu auto con mayor frecuencia. Como veras, no tiene muchos caso cambiar de carro. Cuando más, te sentirás más cómodo en el tráfico.
Ahora imagina un lugar dónde casi no se usan las primeras velocidades. En este lugar existen tramos en los que puedes ir con la quinta velocidad casi todo el tiempo. En ocasiones, sí tendrás que usar la primera, segunda y tercera, pero sólo para tomar impulso. Ese lugar se llama carretera o, incluso, autopista.
¿Ahora, cómo llego a la carretera? Simple pero arduo: cambia tu marco conceptual, ergo tus paradigmas.
Existe una maravillosa aventura ahí afuera: un lugar donde puedes ir a toda velocidad sin importar qué auto tengas. Un camino que te llevará a paisajes que nunca has visto desde tu ciudad. No porque no la veas, no existe. Ve, compra un traje de baño y sala buscar un lugar donde hay brisas en el rostro todo el tiempo y agua juguetona a tus pies. Te aseguro que también te divertirás en el camino.
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